Infinite

Steak tartar con salsa tártara

Lo sabéis.
Lo sé yo.
Haré como si alguien lo supiera, qué mas da.
Casi una semana sin un post, significa que algo malo debo estar haciendo o leyendo. Sí, siempre.

En serio tu vida, que diría aquella.

Y más y más de lo mismo, tantas ideas juntas, todas al mismo tiempo, que he acabado por no terminar ninguna. Se han atascado como cinco posts que iban en serio. Está visto que el blog no quiere ni reseñas ni análisis académicos.

¿Qué hora es?
Las nueve.


¿Qué hora es?
Las nueve.


¿Qué hora es?
Las nueve.


El tiempo no existe, pensaba a las nueve, y se me ha antojado ponerme un reloj hoy, de esos que tengo guardados en el cajón y no uso desde... hace tres años, o cuatro. La hora se mira en el móvil.

Y claro, ninguno tenía pilas.
Y este, el más nuevo y bonito, estaba parado en las 9.

Quería seguir el libro pdf de la noche anterior. Con el sueño, dos minutos pasaron como si fueran veinte. Más tarde, al mediodía, dos horas pasaron como si fueran cinco minutos, y no pude leer ni una línea. Qué le pasa al tiempo.

Estoy tan saturada de letra, no, tan saturada de estar todo el día frente al ordenador (por ocio y por trabajo) que quizás sea el principio de un poco de un trozo de cansancio al respecto...

No, qué va. 

SATURACIÓN



 

No hay comentarios