Infinite

Viaje a Ítaca



¿Hay algo más agradable que un café o un vaso de leche rezumando la viscosidad de un centenar de galletas María hechas puré?

¿Algo más divertido que buscar de dónde sale el humo, de dónde, si el cenicero está plagado de colillas muertas, sale humo, dónde está el filtro en llamas?

¿Hay algo más oportuno que el paquete de comida abre-fácil que es imposible de abrir, hasta que se raja en mil pedazos y la comida sale disparada al suelo?

O que se acaben las bolsas de basura, ahora que tienes en las manos el cenicero rebosante, el envase destrozado y el cemento grumoso que hace un rato era café.


Sostener durante varias páginas:
Aasddfdsdf.
Asddfdsdsf la segunda línea. 

Y la tercera, un poco de dsfffff.





Hoy me has acusado de mirar demasiado ahí, de no levantar la vista del ombligo, ahí, de no saber amar a nadie, no puedo salir de este ombligo, lo llevo aquí pegado, cómo salgo de aquí, fue la voz de la conciencia y la maldición cumplida de no poder escapar ya nunca.

Dejarse rozar. A cualquier precio. 

¿Hay algo más divertido que una alfombra llena de pelos invisibles o una aspiradora que no funciona? 

O la imagen de un barco en el mar.



Many names
Many times
So much time



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