Infinite
Mostrando entradas con la etiqueta Artículos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Artículos. Mostrar todas las entradas

La extrañeza tiene un por qué ~ Malditos cerebros (II)

Imagina una persona intolerante a la lactosa y alérgica al gluten, pero que no lo sabe. Durante la infancia aparecen marcadores en un examen rutinario, pero según los analistas es una tontería y no repercutirá en modo alguno sobre su vida cotidiana. La vida que rodea a esa persona es muy fácil, porque de todas las múltiples direcciones existentes, todo se enfoca hacia una: ser futuro participante en concursos de Comedores de Tartas con Nata. También flota en el ambiente un halo extraño de lejanía, aunque el desarrollo para formarse en ese camino sea más o menos apacible. Durante la adolescencia, el halo se vuelve sólido en algunos puntos, la persona se siente incómoda porque el futuro no pueden ser sólo las tartas con nata; un nuevo examen apunta la presencia de intolerancia y alergia, de nuevo los analistas aconsejan que se ignore. No es para tanto ya que está a punto de concluir su formación en Concursante y nunca tuvo problemas graves con ello. Siga el esquema de vida proyectada.

0

Malditos cerebros (I)


Hasta hace muy poco, quizá cuatro meses, pensaba que todo el mundo al pasear se fijaba en el más mínimo detalle (desde los escaparates, el perfume de otros paseantes, las aceras, los colores de los coches, la luz natural, alguna matrícula curiosa, un pájaro que cruza) y de ahí surgía la figura del flâneur como investigador de las calles. También creía que cualquier persona, durante una velada en una cafetería, podía atender al relato que hablaba su interlocutor y responder en conversación animada, mientras revisaba los mensajes/notificaciones de todo tipo en el móvil y la última polémica con la que arden las redes, enterarse y reír con el chiste narrado en la mesa contigua a un volumen medio-alto, percibir un cambio de temperatura en el ambiente o el inicio de cierta canción en el hilo musical del local, fijarse en los detalles de quien entraba por la puerta o si ocurría algo tras lo ventanales con vistas a la calle, como el paso acelerado de un coche de bomberos. Todo a la vez, sin esfuerzo y sin perder la concentración de la animada charla con el amigo ni de los otros detalles enumerados.

1