No sé si he escrito menos que nunca en el blog y por eso me he despistado, o primero me despisté y por eso he abandonado esta casa, cuando antes era el único lugar posible. Incluso he mandado a la carpeta de borradores despublicados una serie correlativa de posts (acción nunca antes vista aquí) porque no era su lugar ni momento. Pero regreso, como viejos amigos que se encuentran y reconocen después de viajar por todo el mundo.
Lo que arde [identidad digital o verdadera, seudónimos y el asco de enseñar en Instagram]
martes, 22 de octubre de 2019Tú lo sabes. Yo lo sé. Lo sabemos todos, claro. Quizá lo sé demasiado porque he metido los dedos en publicidad y márketing. Pero me resisto una y otra vez a hacer eso, aunque parezca inevitable, tendencia, moda. Tienes que cuidar eso. Podrías hacerte un perfil serio. Etcétera.
Apropiarse del espacio que siempre fue... por el camino raro
viernes, 3 de mayo de 2019
Una semana antes de cumplir los 40 años está impreso, táctil, con sus solapas ensuciables, mi primer libro vía editorial. Uuuy. Por los pelos obtengo esa etiqueta consuetudinaria del mundillo literario que dice escritora/poeta joven (menor de 40). La semana antes cuenta dentro de plazo, ¿verdad? Con su ISBN de España, no de Amazon. Y su depósito legal en los olivos de Jaén. Nada de fotocopias ni grapas, lejos de talleres europeos de factura umbría empaquetando autoedición.
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