Infinite

Generación 'Lost': estamos aquí, enfurecidos

Llevo unos días cavilando sobre temas económicos y sociológicos, visionando material de hace unos meses, releyendo secciones demágogicas de algún períódico sobre la crisis; pero hoy, me han dado el último empujón con el vídeo destacado en Youtube de la Generación Perdida (que está incrustado al final del post, así que léetelo).

Estamos cansados de lamentos y cansados de etiquetas: en este país, de igual si es más al norte o más al sur, se tiende por igual a un pensamiento simplista de blanco-negro. Y a etiquetar. Ahora hay una supuesta alerta mediática (es decir, tema de relleno día sí y día también) por esos pobres jóvenes, los que acaban o están a punto de terminar sus carreras y los que empiezan. Pongamos la horquilla 18-24 años.

Gato evasivo

Abrazo al gato muy fuerte. Es del tamaño apropiado, ahora que es mayor, para simular un cojín esponjoso. No es el momento. Se rebela, estira las patas, hace fuerza clavando ocho puñales en mi espalda y toma impulso para saltar. Huye despavorido de mis brazos.

Líneas

 A veces la cosas pasan
y el tiempo no da perspectiva necesaria
para nada,
a veces pasa
y te tocas la frente
y ha desaparecido.

En el lento hablar
denuncias tu lengua atragantada
y con la fender colgada al cuello
dices
¡ha desaparecido!
Igual que el jersey
que huele a lavandas sin polillas
al fondo del cajón.

Por si algún día
-nunca llegará-
se necesita otra vez.

¡Has desaparecido!
 Y no te confundas,
he venido aquí
a hablar
de los acordes en La|m.
Son los que
a veces
hacen llorar.

Blèmov


Definitivamente, no.
Subrepticiamente.
¿Qué?
¿Qué es subrepticio? 
No sé, pero me llega ahora esa palabra. Suena bien. Como la onomatopeya de un reloj, que sin embargo me avergüenzo de traducir.
Tric, clic, clic, quizás. Encendido y apagado de la pantalla. En el móvil, mira la hora en el móvil. Ya no quedan relojes de arcaico tic tac.

La asfixia: Jóeté

(p. 93-97)
"Cojo con ganas La posibilidad de una isla, última novela de Michael Houellebecq. Llego también a su página web, y me imprimo de paso un documento, unos diarios íntimos con pinta de descarnados que arrancan en febrero de 2005. Allí abre sus heridas, por lo que veo, y saca a pasear sus traumas de cuando era niño que quizá fueron claves en su configuración de escritor. Puede que en esos años que allí relata alimentara obsesiones, miedos, que le hicieran volverse reservado. Habla mucho de la falta de afecto maternal. Esto pone en internet sobre su entorno familiar: <<Su padre, guía de alta montaña, y su madre, médico anestesista, pronto se desinteresan de su existencia. Una media hermana nace cuatro años después. A los seis años, es confiado a su abuela paterna, comunista, y de quien adopta el nombre como seudónimo>>.

¿Qué tienen en común?

Buscando música, acabo de hacer un descubrimiento espeluznante. Juzguen ustedes mismos: