Infinite

Rise to the 11

"¿Cuál es el secreto para empezar de repente a escribir, para encontrar una voz? Prueba el whisky. También estar caliente."
Susan Sontag. 
Renacida, diarios tempranos 1947-1964

¿Qué hacer para encontrar la propia voz? Beber whisky. Mucho whisky. Con gaseosa, agua, solo, solo con hielo.

Mío

Mío. Mine. En bolsa de papel, como el whisky viejo.
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Y Emma Díez se va por el desagüe, poquito a poco. Qué importa si está ya todo escrito...

¡Corre, Tintín, corre! (en busca del Ejército Enemigo)

Este viernes ha sido el estreno del mes de noviembre, con una mañana muy atareada. Decidí batirme con la ciudad para varias gestiones, además de acercarme en persona a entregar cvs en medios de comunicación.

Tras finalizar quise seguir andando, bajo mi paraguas, lluvia moderada y frío intenso, para otra gestión urgente. Quería visitar una librería en concreto cuyo escaparate al estilo tienda de ropa me hizo gracia. Un negocio familiar de no sé cuántas décadas, pero reformado con una presentación moderna. Al pasar había visto a M. Houellebecq y El Mapa y el territorio dominando todo el escaparate, en una composición geométrica de varias decenas de ejemplares, cartel y hojas secas de otoño.

De cómo escribir un poema depresivo sin tener depresión


Me lamo los lunares como si fueran heridas del sol. Hoy quema la lágrima que no ha sabido mantenerse, y es un día bonito porque es víspera de Difuntos. Y los cadáveres se levantan y dan mucho por saco.
En apenas dos semanas he conseguido tener vértigo, sin sufrir del oído. Primero era un pasatiempo, después dio frutos; primero me gustó, luego me entraron ganas de buscarme una concha como el cangrejo ermitaño, después volvió a gustarme y eché a volar, para volver a esconderme... Todo muy bipolar, sí, debería mirármelo. Aunque no sé dónde acudir para que me lo miren, si a un psicólogo, un licenciado en filología hispánica o a un profesor de literatura.

Extractos liberados y libres (II)

A través de Twitter God (cómo he podido vivir sin él, ¡god!) he descubierto otra red social de Literatura, Falsaria.com, donde ya he colgado un par de textos.

De textos de esos más o menos viejos.

Esta red posee una cualidad que inclina la balanza de forma sospechosa. Es un blog colectivo de Wordpress, con su panel de administración y todo, sus cositas, una delicia. No puedo evitarlo, esa plataforma ha sido siempre mi favorita respecto a bitácoras, porque es más complicada y tenía más opciones.