Infinite

Blèmov


Definitivamente, no.
Subrepticiamente.
¿Qué?
¿Qué es subrepticio? 
No sé, pero me llega ahora esa palabra. Suena bien. Como la onomatopeya de un reloj, que sin embargo me avergüenzo de traducir.
Tric, clic, clic, quizás. Encendido y apagado de la pantalla. En el móvil, mira la hora en el móvil. Ya no quedan relojes de arcaico tic tac.

La asfixia: Jóeté

(p. 93-97)
"Cojo con ganas La posibilidad de una isla, última novela de Michael Houellebecq. Llego también a su página web, y me imprimo de paso un documento, unos diarios íntimos con pinta de descarnados que arrancan en febrero de 2005. Allí abre sus heridas, por lo que veo, y saca a pasear sus traumas de cuando era niño que quizá fueron claves en su configuración de escritor. Puede que en esos años que allí relata alimentara obsesiones, miedos, que le hicieran volverse reservado. Habla mucho de la falta de afecto maternal. Esto pone en internet sobre su entorno familiar: <<Su padre, guía de alta montaña, y su madre, médico anestesista, pronto se desinteresan de su existencia. Una media hermana nace cuatro años después. A los seis años, es confiado a su abuela paterna, comunista, y de quien adopta el nombre como seudónimo>>.

¿Qué tienen en común?

Buscando música, acabo de hacer un descubrimiento espeluznante. Juzguen ustedes mismos:

Animus Euphoria

Celebrar el Día del Teatro, justo ése y no otro, asistiendo a un casting para una obra. De teatro. Con posibilidad hasta de ensayos pagados.

Otra vez...

 ... a pelear con tiburones...
...again...
...over&over again...