Las pesadillas han vuelto.
Los elementos ajenos, los secundarios que aparecen sólo para decir dos líneas a mitad del tercer acto y después salen por el lado opuesto.
Los elementos ajenos, los secundarios que aparecen sólo para decir dos líneas a mitad del tercer acto y después salen por el lado opuesto.
Las pesadillas han regresado.
No se puede separar una cosa de la otra. Aunque no haya ningún motivo para ello. Amschel grita desde debajo de las piedras, pide, exige, la última explicación. Aunque sea entre embalajes y horas perdidas.
Durante cinco minutos, desaparece una anotación importante, muy importante, si estaba aquí, si recuerdo el bolígrafo hundiéndose en el papel, el tachón para rectificar, dónde está si no he movido la hoja, cómo ha podido desaparecer (tres páginas atrás, no se ha volatilizado).
Y la maquinaria cruje, desengrasada, para añadir más fósforo que prende:
René Schickele, Der Jüngste Tag, Rowohlt. Wilhelm Emrich.
Nadie os invitó.
Pero las pesadillas han vuelto.
God doesn´t want me to write. But I - I must.
I have no choice
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