Infinite

Al final o al principio de la línea

Funesto es el adjetivo que preside el lluvioso día de entrada. Funesto, con esa luz cegadora de color hueso de muerto. Cuando llueve hace menos frío aquí, nos alejamos de los cero grados de la madrugada. Este blanco espectral suma irrealidades a la convención de un nuevo año, porque el calendario (la Tierra, el camino del Sol por la galaxia) no se ha detenido un segundo: atentados en Estambul, una mujer fallece al caerse por una ventana y se investiga a su expareja con orden de alejamiento que, sin embargo, estaba demasiado cerca. Las luces de feria de los horrores siguen en la tienda, tal y como las dejé el año pasado. 

El Principio

Exhaustos llegamos al post número 30, al intento de post número 30 para que sea redondo el fin de año. Son las 20 horas. Por fin en casa después de un horroroso día de esclavitud entre pasillos de la tienda. Fuera 3º C. Las estufas y el ordenador en marcha. El horno también está prendido. Quiero completar unos últimos párrafos para exorcizar este cansancio, para olvidarme de la amargura del día.

Estabas

Potencial humano

Sólo mira la imagen.

Hiperrealidad

A las 10 y 10 de la noche cruzo el pasillo de la zona de vestuarios con pies firmes. La sala de personal -cocina equipada, máquinas de café y chucherías- también tiene una tv (mediana-grande, como la de mi casa) que se ve desde el pasillo. Sigue encendida a un volumen moderado. Dos presentadoras en pantalla, una en estudio y otra con fondo de calle, la frase al vuelo última hora desde Berlín.