A reloj parado
martes, 20 de enero de 2015
Algo de hipnótico tienen los relojes parados, los señores relojes que siempre están en marcha a la vista de la calle y funcionan con exactitud hasta que se detienen, sí, hay un momento de incredulidad y de no-se-sabe-si-de-verdad se ha roto; las agujas mantienen su posición, la hora pasa, el tiempo en el mismo sitio. Se ha estropeado, dictamina el forense.
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