Y ahora qué...
lunes, 25 de diciembre de 2017
Mi fuerza de trabajo es débil. No importa que me divierta el ejercicio físico, tampoco la disciplina y el sacrificio de horas de Ballet reventándose los pies hasta hacerlos sangrar. No importa levantar 180º las propias extremidades con la fuerza combinada de cartílagos y tendones, porque transportar con la misma disposición heroica palés de objetos que quintuplican mi peso y altura no ha servido para renovar ningún contrato. Sólo para que alguien gritara no tienes creatividad.
Querido diario (I): de colores, la ira sagrada y machistas antimachistas
domingo, 19 de noviembre de 2017
Suscribirse a:
Entradas (Atom)