El bolígrafo que todavía escribe cuando se ha terminado la tinta... la sartén que pone otro plato cuando ya no hay más... la sangre que fluye en rombos, cargada de endorfinas... el aliento último para llegar a la cima del Nanga Parbat, cuando la bombona de oxígeno está vacía y nuestros dedos azules... el final de una frase, sin punto final, que es un final...
Under
miércoles, 4 de septiembre de 2013
El escupitajo tiene la precisión de una mira telescópica. En el exacto centro del mármol rojo, la única losa entera que sobrevive cerca de nuestras sillas.
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