Clase práctica de cómo no se hace una reseña. Atención:
Marzo '13
DZ: Bien, dime, ¿autores contemporáneos que te interesen?SMB: Alberto Olmos.
DZ: ¡Ah! ¡Lo conozco!
SMB: ¿En serio?
DZ: Sí. Apunta el mail.
SMB: ¿¿En serio??
DZ: Apunta e...
SMB: ¿¿¡En serio!??
DZ: ....
SMB: ¡¡¡!!!
Agosto '13
Pág. 112-113
«Diana Zaforteza (Alfabia) era la chica. Alb la conoció en la fiesta de Mondadori, donde, de hecho, no habló más que con su vaso de whisky on the rocks. La fiesta de Mondadori era en un hotel, con farolillos. Todo era muy pijo y obsolescente. Algunos autores envejecían más rápido que sus metáforas.
[...]
Diana Zaforteza y Alb hicieron buenas migas en cuanto Alb le preguntó por el precio de sus zapatos. A este campestre lo tenemos que adoptar, se dijo, pensó Alb, supongo yo, Diana; y a fe que lo adoptaron.
[...]
Alb miró bailar a la editora. A Alb las catalanas flacuchas y podridas de pasta le gustan mucho y no hace falta abundar en descripciones que puedan comprometer su futuro profesional en la Barcelona del presente siglo.»
Pág. 97
«Algún día, sopesaba Alb, podía ocurrir que él fuera tan famoso que alguien, otro escritor, lo viera, lo reconociera, lo espiara, lo tasara, y anotara las manos que daba o no daba a las señoritas, y los modos en los que se sentaba, y el modo en el que otras personas se dirigían a él.
Era una idea que no le gustaba demasiado.»
...
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