Infinite

Fortuna



En la mesa del fondo /Resumen 2015/

Una neblina tenue, de profundo olor marino, rodea la calle mientras hago la foto que he descubierto por culpa de este semáforo en rojo. Contrastan las luces doradas con las más blancas del segundo piso, donde también hay mesas, el mismo café, cuelgan exposiciones y se desenvuelven recitales de poesía. 

Sin cansancio

...

Los horrores del Black Friday

Banksy

El año pasado participé de manera involuntaria en esta ya instaurada tradición cultural española de rebajas comerciales sin ser periodo de rebajas, un adelanto de la glotonería navideña, también conocido como Black Friday. Entré en la jungla de individuos ansiosos porque necesitaba, necesitaba de verdad por el trabajo a la interperie como captadora en pleno invierno, una buena chaqueta para el frío y un par de botas que resistieran la lluvia. Y llamó mi atención, en las tiendas de ropa, tanto cartel de rebajas sólo por un día.

M


No llames pereza a la incapacidad para empezar. Llámalo miedo.
   Miedo es el verdadero nombre de lo que aflige al artista bloqueado. Puede ser miedo al fracaso o miedo al éxito. Lo más frecuente es que sea miedo al abandono. Este miedo hunde sus raíces en la realidad infantil. La mayoría de los artistas bloqueados intentaron convertirse en artistas en contra de los mejores deseos de sus padres, o bien en contra del juicio de sus padres. Para un niño esto supone un gran conflicto. Enfrentarte abiertamente a los valores de tus padres significa que será mejor que sepas lo que te haces. Si tanto daño vas a hacer a tus padres, será mejor que seas un gran artista...
      Los padres se muestran dolidos cuando sus hijos se rebelan y, normalmente, declararse artista es visto por ellos como un acto de rebelión. Por desgracia, esa visión de que la vida de un artista es una mera rebelión adolescente suele permanecer, provocando que cuaqluier actividad artística acarree el riesgo de separación y pérdida de los seres queridos. Como los artistas siguen anhelando sus objetivos creativos, se sienten culpables. Esta culpa exige que se marquen como objetivo inmediato el ser grandes artistas, para así justificar esa rebelión.

Bailoteo existencial (4)


Es otro noviembre precioso y raro. Otra vez.

No tengo un post "bailoteo existencial 3" porque estaba tan ocupada escribiendo 1.666 palabras diarias que no me acordé de la tradición. Pero fue.

Si este me he acordado ha sido por acumulación de datos y dos días con dos canciones concretas, totalmente opuestas. Por despertar con el alba y sentir las notas de una de ellas atravesando mi media conciencia (¿dejé puesta la lista de reproducción?) y esa espera adormilada mientras sube el café. Por el desarrollo de otro artículo que se va desinflando, se enquista, acaba por ser una idiotez que suena a blablabla, pfú pfú, ja, ja, al ritmo de la segunda. Cómo resumir que los convencionalismos sociales casi me destrozan, al cabo, por tragarlos a la fuerza en contra de mi propio ser y casi transformarme en una rana hervida del todo.