¿Pueden las palabras quemar? Puede arder el bolígrafo sin tinta, que siempre es negra.
Donde nadie lo vea. Huella.
Danzad, danzad malditos, las heridas sangran eternamente en el campo de batalla imaginario. Donde el humo. Las mesas son años y risas. Los recuerdos no construyen nada. En cada ojo que sueña hay una lejanía de las manos. En cada asiento que escucha, por cada oreja que palpita, hay un bar decadente a punto de cerrar.
Afán por desordenarlo todo. El arte que se muere pelea hasta el final.
Zimmer's rapture
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