"No podéis amar la verdad y al mundo. Pero vosotros ya elegisteis. Ahora el problema consiste en ser fieles a la elección. Os invito a conservar el ánimo. No porque podáis esperar algo. Al contrario, sabed que estaréis muy solos. La mayoría de la gente se reconcilia con la vida, o bien se muere. Vosotros sois suicidas vivientes".
(M. H.)
Ya no es necesario simular que se arrastran los pies, con un deje impostado. Porque ahora, sencillamente, pesan y se van dejando atrás. Rayando el suelo, el surco azul. Y qué felicidad cuando no hay nada que perder. Y qué descanso por encima de los hombros, cuando el peso se ha caído hasta los pies. La mediocridad es tan sencilla y fácil, pero tan dolorosa...
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