Esto es lo que pasa cuando estás haciendo otra cosa (ver la televisión, por ejemplo) y aparece un idea urgente. Bolígrafo en mano, no encuentras papel. La libreta está perdida no sé dónde. Y el ordenador descansa, apagado, en otra habitación, no da tiempo a encenderlo.
Esto es lo que pasa haciendo otra cosa. Que no entiendo mi letra en los bordes del periódico.
Decía algo así:
Echo de menos un lugar en el que no he estado nunca.
Echo de menos la copa en el bar que nunca visité.
De menos la arena de una playa que jamás he pisado.
Porque puedo imaginar, pero no duele nada:
Imagino los lugares donde sí he estado, imprescindibles, y no dan nostalgia.
Las copas de a litro en los bares de culto, noches de leyenda, paredes de la rave.
Los granos de arena gris-marrón que se quedaron pegados entre los pliegues más íntimos, el sabor a sal, el olor del salitre, el lugar oculto bajo la luna como náufragos recién llegados o simulacro de narcotraficantes, el alba egipcia después.
No lo echo de menos.
Añoro donde todavía no he estado.
No hay comentarios