Infinite

Cumbres del Nanga Parbat, la noche de azul


- ¿Hueles eso?
- ¿A porro?
- No, idiota, esa colonia.
- No huelo a nada en realidad.


El humo. Mira la pared azul. Toma, voy a regalártelo. Qué dices, pero si te gusta demasiado. Toma, para ti, una reproducción exacta al collar de la sesión de fotos de Morrison, no lo pierdas.

Gira la pared azul. Toma la pastilla azul para el corazón. Ya no late al compás de ayer. Acelerado, huele a las cumbres vírgenes del Nanga Parbat, la montaña que se resiste.

El desierto (cualquier desierto) está lleno de cosas. Escorpiones. Plantas de secano. Musarañas de tierra. Serpientes. No hay tal vacío. Nada es lo que parece.

- Huele a desierto de cactus azules.
- No huelo nada.

Sé que no te importa. Escalo el Náann - Yá - Par - Fat yo sola.

- ¿Cómo sabes que es exacto, si las fotos son en blanco y negro?
- ¿Qué?
- Que hueles a tierra.
- No huelo a nada. 
- La mano azul danza.


2 comentarios

  1. He entendido poco de este artículo que escribes, pero pienso que la culpa es mía por no saber dilucidar lo que hay entre líneas. O al contrario, he entendido mucho pero no consigo asimilarlo, porque quizás haya demasiado entre líneas. Sea el caso que sea, no me ha dejado indiferente. Creo que es de las pocas cosas que debe de leerse dos o hasta tres veces para conseguir entenderlas.
    Un saludo. Al menos, enganchas. Y ya es mucho.

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  2. Gracias mil por mil.

    El subtítulo del blog creo que va en serio, siento que no se entienda, a veces yo tampoco lo entiendo del todo.

    La explicación es sencilla: horas intensivas de música variada (por eso, siempre vídeo). Hasta que una en concreto salta la chispa y trae una escena (recordada o construída). Es más fácil para mí escribir automáticamente estas cosas inentendibles que un simple "fuí, entré, salí, me encontré con él y hablamos de esto, etc."

    Crearé una etiqueta "Relato sinestesia" para próximas ocasiones.

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