Punto de no retorno: Presentación

Hay un punto de no-retorno orgásmico del que, una vez sobrepasado, no se puede regresar. Por mucho que se invente Sánchez Dragó que domina la técnica de retroeyaculación.

Ese lugar inevitable de levantar el pie al abismo y dar el paso. Y caer. Este fin de semana llegó. La balanza se ha inclinado hacia un lado, hasta casi romper el nivel. Mil veces al día lo deshecho y encuentro pegas, mil veces lo retomo. Pero la balanza ha indicado ya una vez un mismo sitio.

"Estoy harta de estar harta", como cierra el primer capítulo de la novela que estaba en proceso. Una frase que encuentro plagiada (en masculino) dentro de los materiales de coaching y empredimiento que circulan por ahí. El mismo material que utiliza Risto Mejide para el artículo que se ha hecho tan viral estos días. Muy interesante, pero ha hecho una PauloCoelhada tremenda (hacer propia la filosofía de otros). En concreto, el conferenciante y escritor Sergio Fernández lleva unos años diciéndolo.

Estoy harta de esperar dos décadas, con mentalidad de trabajadora esclava, a tener un medio de vida para averiguar si la calidad de todo lo escrito merecía llegar a alguna parte. Esperar el permiso de otros. Y por el camino, sucumbieron cuatro libros de poemas (por eso se llama así), dos novelas, otro libro de relatos... El modo de vida no va a llegar.

La crisis ha destapado la podredumbre en los andamios sociales, algo que ya estaba ahí, pero es necesario darse cuenta. 

Estoy harta de la jovencracia de "casi 30", la nueva frontera que los medios públicos se empeñan en trazar como una garantía de... nada. Para el cómputo global, descuenta los 3 años que de manera más o menos continuada he ejercido de periodista oficial por cuenta ajena, con trabajos "precarios" enmedio. Toda una falacia, porque en esos supuestos subempleos (de azafata, promotora, repartidora de publicidad) han pagado siempre mejor que para lo otro, donde era necesario título, experiencia, idiomas...

Esto ya no puede esperar. El hambre da muchas alas y ha arrasado con toda vergüenza-compostura literaria-ay no nos hacen ni puto caso a las autores en el mercado español. Este fin de semana decidí que hay que contarlo. A lo kamikaze, aunque sea una anécdota, aunque sea una curiosidad, aunque esté sola en esta combinación de circunstancias. La sorpresa llega al descubrir a más seres humanos en la misma situación exacta: entre 31-34 años, una media de dos años en el paro o con falta continua de ingresos, mantenidos por sus familias, sin capacidad para "emprender" ni para emigrar al extranjero.

Igual que Javier López Menacho y su Yo, precario, no ha quedado otro remedio que huir de Andalucía, escapar de un 30% de paro. Ojo, 30. Ojo, en 2011. Pero no tengo capacidad para escapar más lejos, fuera de España. Encima, tengo que dar las gracias porque al menos tengo ayudas familiares y carezco de hipoteca.

A diferencia de otros (articulistas, opinadores, intelectuales que no intelectualizan) yo no tengo que disfrazar nada de personajes ni de ficción. Esto será una crónica autobiográfica, una especie de ensayo, desde la narración periodística y desde la experiencia de un ciudadano corriente despojado de todo derecho.

Por si fuera poco, aguantar una y otra vez: "¿pero tu novio tendrá trabajo, no?" ¿¡PERDÓN!?

Esto ya no puede esperar, así que empiezo las cosas al revés. He decidido invadir Amazon a mi manera. No sólo el texto, también las correcciones. Foto y diseño de portada. Maquetación del eBook en distintos formatos. Distribución por distintos espacios. Posibilidad de impresión en papel bajo demanda. Difusión, marketing y notas de prensa. Y si me prestaran una cámara decente, hasta el booktrailer puedo hacerlo. 

Estoy hasta los putos ovarios de poder hacer todo eso (el escritor del futuro, señores, pónganse las pilas) y depender de la familia como con 15 años (ni becas, ni ayudas, ni derecho a subsidio por desempleo, nada). 

No puedo esperar a que una editorial me permita "ser escritora" o me saque en suplemento, o los blogs hagan reseñas, blablabla. No puedo esperar un año a la publicación de la "novela de ficción". Tengo hambre.