Voy a hacer de tu vida un infierno...
El niño de la playa y las redes sociales
viernes, 4 de septiembre de 2015
Las redes sociales permiten hoy que cualquier ciudadano sufra los embates de un periodista. Chocar de frente con las pruebas documentales del horror sobre el planeta; acceso a testimonios, a vídeos, a fotografías, al sonido mismo de cómo están las cosas, incluso a la retransmisión en tiempo real. Un periodista tiene que digerir todo eso, por el trabajo de otros compañeros o directamente sus ojos en el sitio, con una digestión que no termina nunca. Porque hay muchas más cosas de las que terminan por salir con difusión máxima.
Noites
lunes, 31 de agosto de 2015Timba poética del Comando Esbardalle |
Ocurrieron cosas.
Siempre ocurren cosas, pero esta vez ocurrió el algo un poco más fuerte. Los duendes correteando a su antojo, la magia de las conjunciones espontáneas, tiene muchos nombres. Cuando en la performance todo encaja sin haberlo ensayado porque se está creando en ese justo momento, aunque traigas los deberes hechos de casa; los músicos, cantantes, bailarines y actores saben de la chispa que hablo.
Siempre ocurren cosas, pero esta vez ocurrió el algo un poco más fuerte. Los duendes correteando a su antojo, la magia de las conjunciones espontáneas, tiene muchos nombres. Cuando en la performance todo encaja sin haberlo ensayado porque se está creando en ese justo momento, aunque traigas los deberes hechos de casa; los músicos, cantantes, bailarines y actores saben de la chispa que hablo.
Lo que siempre has hecho aunque no lo estuvieras haciendo
sábado, 15 de agosto de 2015
El segundo título de este post (escrito, sin embargo, en primer lugar) era algo así como Todo es sobre el poder y el control, o el descontrol, el descontrol con precisión milimétrica que atrapo en esa foto de arriba durante la cuarta ocasión en que sucede; cuatro ya son marabunta, cuatro días en los que sin mediar trastorno alguno del sueño (ni ruidos, ni malas digestiones, ni necesidad obligada, ni un desvelo momentáneo que se arregla con un paseo hasta el baño para después regresar al ronquido) mi cuerpo decidió que las 5.30 de la mañana era buena hora para despertarse.
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