by Laura
Pensamientos al aire. Décimo intento. Nueve posts separados para tratar de explicarlo, 500 palabras cada uno. Por qué el esfuerzo, si lo estoy pensando todo junto. Así que todo junto va. No me hago responsable de los dolores de cabeza.
Pienso frases lapidarias:
#1. El periodista es un escritor frustrado >> la oí hace tanto tiempo que ni recuerdo su autoría. He odiado cada una de las letras de esa frase (excepto una) con todo mi ser. Cuando llegué por accidente a la carrera de Periodismo, me jactaba de que era falso, porque fue cuando más escribí de forma paralela (los libros de poesía, relatos, dos obras teatrales). En mi mente, eran cosas aparte. Error. Lo que me motivó a elegir Periodismo fue la mezcla de varias habilidades e inclinaciones vocacionales que ya arrastraba desde temprana edad. Y sí, escritora es una. La principal. Soy periodista porque soy una puta escritora frustrada. Y lo que es peor, traumatizada porque no puedo escribir como profesión.
#2. La generación más preparada, que vivirá peor >> rechina por el simple hecho de que las estadísticas no meten a gente de mi edad (32). Ni soy joven ni soy de la madurez que nadie contrata, esa meseta antes de la jubilación. Así que no existo. Pero aparte, es una estupidez. En 1º tenía un profesor que, mientras nos contaba extasiado las estrategias del Nuevo Periodismo, de la simulación actoral para infiltrarse cual espía en mafias y destapar escándalos viviéndolos en carne propia, nos insistía con la misma fiereza en que al acabar pasaríamos un tiempecito de putos camareros en el McDonald's. Por mucho que nos consideráramos tan valientes (imbéciles) de irnos a cubrir un conflicto armado, al estilo Revertiano y Sarajevo. Y la lección la aprendí. Error. Lo que nadie se imaginaba en esas clases es que la situación llegaría a los bajos fondos de estar en paro (de periodista) pero no poder acceder siquiera a un empleo de camarero en el McDonald´s, ni Burger King ni nada, por haber otras 2.000 y pico personas compitiendo por el puesto. Con mejor preparación de camarero que tú, aunque te inventaras el curriculum hostelero.
#3. Vocación y creatividad, oh lalá! qué bonito todo >> ser artista en todos sus aspectos es ser un degenerado bohemio, posiblemente con problemas emocionales (o psiquiátricos) o un maldito genio. Claro, lo de genio se traduce en que tu obra debe valer millones, si no, mierda. Debes ser famoso, si no, hijo tú lo que estás es mal de la cabeza. Pintores, escultores, músicos, cineastas, actores, escritores, poetas, bailarines. Me he dejado alguno, seguro. Error. La Creatividad sí funciona e infunde respeto, si eres Picasso, Dalí o Lady Gaga. Si eres mainstream. De lo contrario, no vales nada, lo tuyo no es arte sino tontería. Y ya sabemos las facturaciones multimillonarias que manejan por Estados Unidos, en el tema artístico audiovisual (música y cine). Así que sí, claro que se puede vivir del arte.
Y después de todo esto... ¿me viene a quejarse una señora, que va de feminista pero lloriquea a moco tendido porque no vende lo suficiente? ¿Viene a quejarse otra vez que si la ponen fina en las redes sociales, incluso la amenazan de muerte, y luego la masa aplaude a los periodistas del #gratisnotrabajo que piden (igual que usted) poder comer? Usted es imbécil. Usted es I-M-B-É-C-I-L. Usted me indigna. No, usted es indigna. No porque haya engañado a todos los bloggers, comentaristas y redactores de suplementos culturales haciéndoles caer en el debate de la piratería por internet, cuando se trata sólo de una campaña suya de marketing viral; sino porque ha utilizado de nuevo el estereotipo de mujer llorica y quejicosa, la de la crisis histérica de manual, para reclamar su sitio. Ya me gustaría haber recibido de golpe 18.000€ y 200.000€ y 600.000€ (redondeando, 818.000€) con sus premios literarios comerciales, claro, que seguro que en los gastos del agente literario, editor e impuestos sólo le llegó un billete de 20€ al bolsillo. Así normal que usted llore, vaya vidorra se habrá pegado. No pongo ni el nombre, que ya sabemos todos de qué escritora hablo.
De mientras, aquí una imbécil tratando de conseguir lo justo para lllegar a fin de mes, y maquinando cómo autopublicar en versión ePub a 2,50€ para que la gente compre a una desconocida y conseguir una ayuda extra, con lo poco a su alcance que le queda de profesión.
Por cierto, a la anterior: cuide los mierder mensajes de su Facebook, que es deplorable lo mal que escribe para ser escritora. Y después, váyase a la mierda, mujer, váyase a la mierda.
Estos pedorros que quieren seguir chupando de la teta son la mitad de la cultura libre mainstream que nos viene, los que no entienden Internet. La otra mitad son los trabajadores decentes. Artistas, pero decentes.
(Qué, cómo te quedas, el título no tiene nada que ver, ¿eh?)
Pues lástima que sólo son 500 palabras porque la cosa promete.
ResponderEliminarPunto 1. Yo creo que es más verdadera aquella de "un crítico es un artista frustrado". Por lo menos el periodista crea. El qué ya depende de la calidad y la deontología.
Punto 2, es lo que hay, pero también es que nuestro futuro nos lo tenemos que hacer nosotros. El que nos dijo que la vida era fácil nos engañó.
Menos mal que siempre escuché "qué dura es la vida, hay que trabajar mucho".
Eliminar