Si hay algo en esta batalla que ha conseguido el autor es traspasar el umbral de la indiferencia. No todos los creadores llegan a ese punto. La mayoría ocupan un espacio estándar, invisible, cansino, de 'me gusta/no me gusta' y ya. El siguiente escalón es Sí, lo AMO. No, lo ODIO. Con toda mi ALMA. En ambos casos.
Hasta ahí parece haber llegado. Al menos, esa es la percepción lectora que tengo (la que da) si te comes de una sentada todas las reseñas, críticas y comentarios, incluídos los del culpable. Como orgullosa bloguera insignificante de mierda, además, no me importa colaborar con más granitos a esta montaña de arena. Pero en mi caso lo hago de una forma egoísta y absolutamente interesada.
Interesada porque quiero creer en la veracidad de la sustancia de Olmos. Sin moñerías, claro, a ver qué os pensáis. Soy 100% consciente de que he entrado en la maquinaria diabólica, hago marketing de Mondadori teniendo encima que pagar por ello. Que los libros nadie me los regala. Y todo eso.
Pero al mismo tiempo rezo al dios de los ateos (Razón Lógica) que ¡por favor! esa sustancia no sea otro
marketing intelectual como el de la simpática Etxebarría (qué asco le
tengo, literariamente hablando) sino un procesamiento mental verdadero;
le presupongo a Olmos un CI (al menos percentil 98 en el área lecto-escritora)
superior al de la otra señorita que quiere nuestras felicitaciones por sus
altas capacidades.
Mientras tanto, en la editorial
Rezo también porque no he encontrado en 10 años un escritor que me hiciera tener que consultar el diccionario. Bueno, tampoco hay que pasarse de humilde ignorante, era para consultar inanidad, de los sinónimos de la RAE (mm... ¿puedo enlazarlo? ya me han jodido) he preferido siempre futilidad, pero en fin.
Espero que no acabe todo transformado en una inanidad tremenda, es mi anhelo. Difícil en mi posición que no den dolores cerebrales, no es agradable cuestionarse las cosas desde las dos orillas. Consumo como todos, pero conozco las teorías de manipulación de masas, inconsciente y percepción. ¿Y si todo es un montaje de mierda? ¿Y si no? Tampoco es fácil sostener en el tiempo el personaje de autor tan ensimismado consigo mismo y la Literatura (nótese mayúscula) que reparta patada en los cojones a críticos que le critican y lectores que le leen, por igual. ¿O sí se puede mantener, en nombre de las ventas?
Mi interés egoísta se resume a soñar, desde el lado amanuense, que es posible un rayo de esperanza en esta porquería de territorio literario ej-pañol envi-dioso. Es un ejemplo, aunque sea la excepción, de escritor modelo. De mayor quiero ser así. La mala leche ya la tengo, así que algo vamos adelantando. Si queréis ser superficiales y entender un peloteo baboseo, como gustéis (el tema es más complejo, intrascendente, larguísimo de comentar y ahora no tengo ganas).
Las dudas crecen ante la nueva maniobra editorial (¿o es circunstancial-personal?) de que Lector Mal-herido comente Fresy Cool, novela de estreno en la misma casa, y que ya tiene mínimo 20 lectores asegurados (los críticos de colmillo goteante estresados por ser los primeros es destrozarla).
Mmmm... me duele la cabeza, ¿véis?
(Vivan la industria editorial y los críticos. Que se muera la Literatura. Que se muera Olmos también, que duele)
Buenos días.
P.D. Si no entendéis las imágenes, sois unos desgraciados. Leeros el libro y dejadme en paz.
P.D.2. En la página porno hay mejores vídeos, os recomiendo buscar por "asiáticas amateur", mucho mejor, dónde va a parar, aunque ellos son muy pichi-cortos.
P.D.3. Las fotos son humorísticas, no os estreséis.
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