Infinite

Una [explicación]

Fotograma de 2012 (Roland Emmerich)

Queridos lectores:
(Woh! wooh! ahora puedo decir tal cosa).

He partido en dos el blog. Sin contar esta entrada, las cifras quedan redondas a fecha de ayer. 100 posts escritos. 50 han ido a borradores (algunos no se llegaron a publicar nunca). Quedan 50 publicados. Me dan igual los premios 20Blogs.
He hecho limpieza. También me he encasquetado un nombre nuevo. No lo llamo pesudónimo porque el significado está cargado de simbolismo, recuerdos, porqués íntimos, como toda metáfora que se me ocurre escribir. Sencillamente quería romper ciertos lastres.

La mayoría de posts guardados eran poemas de libros, los recientes de 2010/2011. Y no iba en broma cuando he escrito por ahí en alguna parte: lo he tirado todo a la basura.  Faltaba eso.

Desincrustar. Estaba acumulando ideas equivocadas y equívocas, pensando que cuanto más me moviera en mi reciente ecosistema de Twitter, más entradas diarias, más redes literarias gratuitas ocupara, etc. serviría para llegar antes (y con éxito) a no sé muy bien dónde. O mínimo un empleo relacionado de comunicación/diseño gráfico (para los lectores nuevos, sí, soy periodista).

Este espacio se había cargado de significado vendido, justo el contrario de lo que tenía pensado cuando se creó. Además, incluírlo como referencia en algún cv (error) ya me servía de auto-censura para todo lo que pudiera herir "sensibilidades". Y así no.

Las batallas se pelean en la calle. Y poco a poco, que se lea (y se opine) de varias cosas (literarias, no artículos) escritas por mi mano ha sido toda una explosión silenciosa; sin darme cuenta, de repente he conseguido ser recibida aquí y allá por directores 'muy ocupados' de grandes periódicos, radios y revistas. Es decir, recuperar mi capacidad aprendida de conseguir entrevistas imposibles. A pesar de la respuesta típica (el Periodismo está ahora muy mal) al menos he entregado las 2 hojitas de papel en mano y charla de 40 minutos, que ya es algo.

También he pasado por situaciones trampa, como acudir a entrevistas de trabajo que no quisieron especificar y resultaron ser... Sí, bueno, aquí no tienes sueldo. Es todo comisión, tienes que hacer 8 suscripciones mínimo a la semana... bueno pero tampoco tienes horario fijo... claro, el concepto principal es que estás haciendo socios para una ONG, para facilitar su labor solidaria. Y de ello obtienes dinero. No al revés, que ganes UN SUELDO haciendo socios solidarios....

Imaginad mi cara, las ganas de ir corriendo a casa por cierto libro, regresar e incrustárselo en mitad del iris.
Que me pierdo. El caso es agradecer un montón de gestos minúsculos que son chorradas pero han ayudado estos meses (no sabéis) a reventar tapones creativos. Por un lado, a esos antiguos compañeros con los que he intercambiado enlaces al blog, que me parecen unos magníficos profesionales, y sólo siento que no pudiéramos tratarnos más con tanta rueda de prensa. Por otro lado, a los lectores anónimos, que decidieron seguirme tras leer mis textos por redes literarias. Sobre todo, porque les gustó un material que ha sido mi condena, al que he permanecido anclada lloriqueando que quería ser escritora, mientras dejaba de escribir. A todos los anónimos que se pasan de vez en cuando, y de vez en cuando vuelven. Por último, a los lectores no-anónimos, escritores/as de verdad (los que viven de publicar libros o con libros publicados) que además tengo sus libros, y van y ponen enlaces a este blog o a alguna entrada. Y me hacen follow (¡a mí!). Y esas cositas. Así que tan mal no va la cosa.

Sólo que se estaba desbordando la posible importancia de este espacio, que no la tiene en absoluto, más allá de ser mi libreta virtual. El mundo es como es. Y mientras tanto, este fin de semana terminaré mi repaso al formato ePub y creación de eBooks. Que me parece lo más sencillo del mundo como para que los vendan mal hechos (claro, xhtml y css eran ya amigos míos). En todo caso, ¿quién sabe? Tomando ideas de EnREDada, quizás me anime en proyectos freelance con la maquetación de libros electrónicos...

La esperanza es lo último que se pierde.
Y cuando se pierde, está la caja, que se puede reutilizar.
(La de Pandora, no la de Telecinco. Bueno, la de Telecinco es reutilizable para una hoguera de San Juan)

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