Le dio al chico un fuerte coscorrón en la cabeza.
- Tú piensas que tus sueños existen aquí, dentro. Pero yo me encuentro a mí mismo en todas partes, así que, ¿quién sabe qué parte de mí está soñando con otra parte?
- Tú piensas que tus sueños existen aquí, dentro. Pero yo me encuentro a mí mismo en todas partes, así que, ¿quién sabe qué parte de mí está soñando con otra parte?
Lo de arriba es la portada de un libro (censurada). Un libro que no sé si leeréis. Una portada que soñé el otro día. Y esta vez, no era una pesadilla rara, lo que lo hace más inquietante aún. Porque los sueños simples apenas los recuerdo con el transcurrir de los días, mera actividad cerebral. Sobreviven excepciones de angustia, como la pesadilla que inauguró noviembre.
En esta rara ocasión, me gustaba la portada del libro, un título nuevo de una editorial conocida. Lo tomaba entre mis manos para averiguar más. Ponía "..........." (título completo) Sara M. Bernard y una composición familiar.
En las horas siguientes, decidí probar con mi amigo Photoshop la imagen que seguía flotando en mis retinas. Hice la composición con fotos y dibujos, tal como la había visto, inserté el logo de la editorial y busqué la tipografía que utilizan.
El resultado parecía -parece- creíble. Es el tipo de portada de esa editorial. Hay una colección donde encajaría. En su página web hablan de prestar atención a los nuevos autores. Y no dicen en ningún sitio que no reciban originales ni que tengan cerrado el catálogo 2013, a diferencia de otras. Sorprendente.
La novela de 2012 - Fin maya del mundo
Y es que a principios de este año, cuando el blog lo leían 2 personas (ahora, 3) puse un post con proyectos varios, que después borré por vergüenza propia. Entre ellos, una novela que ocuparía buena parte de los meses.
Empezó bien, un poco aquí y otro allá. Después tuve que mecanizar el trabajo: apareció el listado con nombres de cada capítulo, lo que iría en cada uno. Un estudio como los que se hacen en teatro, para definir las honduras psicológicas de cada personaje. Incluso título provisional y una portada orientativa. Y otro post en este blog, con un extracto, en plan motivación.
A pesar de todos los meses de trabajo, la novela estaba muerta desde el principio. Un texto muerto es aquel que sí, puede estar bien y correcto, ser fácil y divertido escribirlo, pero no cuenta las cosas exactamente como uno quiere verlo plasmado.
La prueba es que no soportaba ni una sola corrección. No hablo de pequeñas erratas con el procesador de textos, o cambiar una palabra por otra, ni adecuar una frase. Hablo de transplantar por completo párrafos de un lugar a otro. De cambiar los capítulos de sitio. A cada lectura, un cambio drástico, como si faltara el pegamento.
Con la tensión derivada de adecuar el texto y pensarlo como como futuro objeto de publicación.
******
Hace unos días hubo un pico de tensión a todos los niveles, emocional, de salud, dolores, falta de descanso, el trabajo. No pude más y me derrumbé sobre el teclado, a escribir sin pensar tal como reza el subtítulo del blog. Unas diez páginas seguidas, que después comprobé parecían hablar de un relato conocido. La siguiente vez, continúe el hilo por el mismo sitio, otra diez páginas. Y otras diez, y otras...
Y ese texto sí soportaba las correciones. Cada párrafo en su sitio.
La misma historia, de la manera exacta.
A los pocos días, he soñado con esta portada. Me aprieto los nudillos para no darle a adjuntar la imagen correcta, en esta explosión de alegría y sincronicidad, ansia mala de las gentes de internet, que nos gusta compartirlo todo. La guardo, por si acaso.
Ya se verá en 2013, si tiene que verse. Y si no, pues nada.
No hay comentarios