Infinite

En busca de...


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Quinto aniversario del blog: bienvenidos a la casa de Bernarda

Sabes que vas por el camino correcto cuando los hechos dispersos se agrupan en una metáfora demasiado estructurada, narración sorprendente en sus tantas coincidencias que uno se ríe, hay que reírse, qué se hace si no ante un despliegue que parece guionizado por alguien y un poco a mala leche.

Natural y espectral

Cuando hablo de la muerte me vuelvo luminosa. Es mi terreno natural de movimiento, la sabiduría de la no-existencia, o de la existencia espectral desde el principio; estará relacionado quizá con el mismo origen, pongamos que todavía a los cuatro meses fetales la ciencia decía que yo no estaba ahí y no aparecía en ningún análisis. Pero sí que estaba. Y los primeros pasos, ya vencidos, que fueron otro juego del resistir: la ciencia, de nuevo, dice que no puedo acordarme porque mi cerebro no estaba para almacenar datos, pero el fogonazo en la memoria de la puerta hospitalaria y la gigantesca máquina de rayos X para un ser de un año están ahí, inmutables e incuestionables, con la misma veracidad propia (nunca lo dije; nunca me lo contaron, no es un recuerdo-préstamo) que otras tantas escenas nocturnas de las que he sido única testigo ya con memoria adulta, o que otras tantas escenas, también del principio, que se salen del límite en el que la materia gris guarda detalles. Hasta hace poco pensaba que todas las personas atesoran recuerdos anteriores a los cuatro años de edad.

Fin del descanso mayal

También sé hacer poemas inútiles como vosotros

  
20 de abril del 90, que decía Cifuentes (el cantante calvo de Celtas Cortos, no la política rubia).

Donde el mar


Baila donde
baila donde
baila donde el mar.

Resistencia

Un sueño inquieto. Ya no los llamo pesadillas, porque no tengo pesadillas. Observo con lejanía de espectador consciente los sueños inquietos, en los que aparecen carreras, sudores, disparos, cosas inquietantes. Qué hay más inquietante que volver a estar frente a las Puertas, otra vez. Cuando hay Puertas, aparece Jung por alguna parte, de manera irresistible a la llamada.

No dejes rastro


En el dodecaedro


M de Malherida y más reflexiones que a nadie le importan un carajo


En la calle empieza al unísono con estas líneas un eclipse solar que tiene este aspecto, es decir, que no se ve un carajo gracias a las nubes. El mismo día que vendrá el equinoccio de primavera 2015 y después una superluna negra. Todo astronomía junta y al unísono, coincidencia histórica, de la que no vuelve hasta dentro de 20 o 30 o 50 años más adelante.

M de marzo


Axiomas químicos


Niveles de escritura

El derrumbe


Tenía 16 años y tanta energía como para andar por el cementerio y reírme de la cifra mil ocho. 1800. Qué viejos.

Los párrafos que no quiero leer


Et in Arcadia Hölderlin

Les Bergers d’Arcadie (1637-1638) - Nicolas Poussin
 
Hölderlin fue cifrado en piedra, en caracteres cirílicos y puntiagudos, esculpido por los canteros que sabían hacer las estanterías para la catedral. En un apartado del bosque, bajo un arbusto de grandes proporciones, escondieron esta piedra grisácea cuajada de inscripciones que nadie entendía y que pronto se olvidaron. En ese momento, Hölderlin no sabía que pasaría a la historia, porque sus contemporáneos ya le decían que no tenía nada que decir en esos momentos; el tiempo juzga de manera desigual, y sobre todo, hay un espacio fuera del tiempo que no se puede controlar en absoluto. Porque el tiempo de Dios es infinito y lo maneja a su antojo, tal como es: una ilusión. El tiempo de Dios es perfecto porque es eterno. La Eternidad es, precisamente, el no-tiempo, no el tiempo para siempre. 

Os invito a una lectura a ciegas


Santo suplicio. 

Cosas que vamos a hacer tú y yo


Luna llena


Febrero en llamas


Por si existe Internet dentro de 35 años, tal y como lo conocemos: esto es lo que he soñado hoy. Conste en acta.